miércoles, 19 de septiembre de 2007

Capítulo 2: "El Curry: la amenaza"

"El Curry" carente de modales introduce el dedo índice en cada una de sus fosas nasales por 2 segundos y las rasca. Al levantarse hace sonar la silla un chirrido y casi nerviosamente agarra su pulover por su costura inferior y lo estira hacia abajo en un ademán por lucir bien.


- Vamos, dígame a mí y a sus compañeros lo que estaba debatiendo con Afilongo. ¿Verdad Afilongo? - se inclina para decirle eso a su amigo.

- Profe, el problema es que - mirandole fijamente a los ojos de la profesora Dometria- no estoy de acuerdo con lo que estaba hablando Rubo...

- Pero, estudiante, si no estaba de acuerdo, podía haber levantado la mano - le dice la profesora interrumpiéndole por primera vez.

- Es que profe, yo sé que debí haber levantado la mano; pero eso que decía él era una bobería...

- No debes decir que es una bobería, sólo porque no estás de acuerdo - le interrumpe por segunda vez.

- Sí, pero imagínese profe, era una guanajá...

- Estudiante, por favor, ¡compórtese! - una vez más.

- Ah, profe ... - le dice casi gritando.

-¡Estudiante, por favor!

- ¡Es un payaso! - dice mirando a Rubo.


Todos se quedan observando a "El Curry", la más asombrada fue la profesora, que esta no conocía bien al carácter de él, ella abre bien grande los ojos, asombrada.

La única persona que no miraba a "El Curry" fue Afilongo, que conocía bien su forma de ser, se puso las manos encima de la cabeza mientras la bajaba ligeramente y se decía en voz baja: "Ay Dios Mío".

El aula entera tenía la atención fija en aquel súper promojónico personaje, quien no tenía control de sus impulsos. Él baja suavemente la cabeza, aún de pie; pero de pronto mira a Rubo y le dice:


- ¡Oye tú!...

- ¡"El Curry"! cálmate, asere - le interrumpe su amigo quien se levanta y lo agarra por la mano derecha y le da un tirón para que se sentara; pero él se desprende y se queda de pie mirando a Rubo.

Calla repentinamente, con todo el genio, la alteración que tenía y su carácter inconcientemente atrevido.

- Por favor, Currengo Ramuerto, siéntese y haga el favor de mantenerse tranquilo - le dice la profesora un poco más calmada, sí, un poco, sólo un poco gracias a Afilongo que le dijo a "El Curry" que se calmase, pues ya el temor se apoderaba de ella ; jamás había tenido a un estudiante de ese carácter y menos que formase un espectáculo de esa magnitud, así durante su presencia.


Fin del Capítulo 2. Continuará en el Capítulo 3.

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